miércoles, 27 de febrero de 2008

La otra mirada

"La fotografía es la mirada. O se tiene, o no se tiene". Así de contundente se manifiesta el fotógrafo francés Willy Ronis, uno de los nombres de la fotografía humanista, junto con Henri Cartier-Bresson y Robert Doisneau. Un artista que ha recorrido temas del mundo laboral, el hombre y la máquina, la ciudad popular, la intimidad, viajes y desnudos. La fotografía no debe ser un fin en si misma, sino un medio a través del cual circula la propia experiencia de la realidad social que te rodea. Contempla la propia subjetividad del autor, contiene por tanto una distorsión visual, pero sin duda, muestra la memoria, la cultura, el temperamento y la predisposición del momento. Para Willy Ronis, "la imagen hermosa es una geometría modulada por el corazón".
No es sencillo hacer buenas fotografías. Se aprende con la práctica como todo. Pero sí que se puede tener en cuenta una idea a la hora de disparar una foto. Como dice Ronis, "encuadrar es incluir, pero al mismo tiempo es excluir". Porque el fotógrafo, al igual que el periodista, se convierte en testigo de la realidad que contempla, y de esta, selecciona la porción que le interesa.
Se trata de educar al ojo y de ver muchas imágenes. Un fotógrafo nunca se queda quieto en un mismo lugar, sino que busca diferentes ángulos, perspectivas, encuadres, pues trata también de llamar la atención, con las posibilidades que le brinda el lenguaje de su cámara. Por eso, la fotografía nos ofrece la otra mirada de la realidad, pero que se queda grabada en un soporte, y que nos llega a conmover en ocasiones, por lo que se fija en nuestro recuerdo íntimo y personal.

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