
La mujer es un fiel reflejo del cambio de lo social. Es cierto, hay diferentes tipologías de mujer, pero que en su diversidad cuentan con una belleza propia y única. Y gracias a la fotografía, el hombre puede embarcarse en un fascinante viaje a través del universo femenino, recreándose en el fondo y en la forma de ese espacio habitado y compartido por mujeres, aunque estén alejadas por diferentes edades, países, culturas, orígenes o planteamientos vitales.

Pero la mujer es bella en sí misma... Por su sensualidad, la textura de su piel, por sus curvas, por el aroma que desprende, por su contoneo, por la longitud de sus piernas, por el movimiento atrevido de sus caderas, por la elegancia del posado de sus manos, por la cadencia del cabello, por las pestañas y esos parpados que cautivan, por la frescura de los labios, por la mirada profunda y sincera de sus ojos... Y por toda esa "feminidad" que transmite y que te transporta.
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